Creemos que, a través del trabajo duro, la disciplina y la persistencia, podemos alcanzar nuestros objetivos y crecer continuamente como equipo.
El monitoreo no invasivo de los animales es fundamental para llevar a cabo esfuerzos de conservación más efectivos para las especies en peligro de extinción, y los perros tienen un olfato excepcional para la ciencia cuando se trata de detectarlas.
En 2013, un equipo de Conservation Canines vino a Portugal para una misión y quería trabajar con un perro local. Eligieron a uno llamado Zeus, con el que yo había estado trabajando en un refugio. Como estaba muy unido a mí, también me llevaron a mí.
Más tarde, recibí formación en manejo al hacer voluntariado en un programa de perros de conservación en el Center for Conservation Biology. Seguimos colaborando estrechamente con Rogue Detection Teams en Estados Unidos y estamos agradecidos por su orientación y sus más de 20 años de experiencia en la comunidad de perros de detección.